RESEÑA DE SUPERMAN #6 (NOVIEMBRE 2016)

RESUMEN

Cargado por la energía de los espíritus kryptonianos que antes alimentaban al Erradicador, Superman lucha contra su adversario para proteger su mundo y a su familia, mientras Lois y Jon se mantienen a cubierto. Solo la energía de Krypto continúa dando fuerzas al Erradicador para terminar con lo que él considera una abominación (Jon), así que cuando Superman consigue que su perro salga del cuerpo del ente kryptoniano, el Erradicador se convierte en una carcasa vacía que explota en la superficie lunar.

Con la amenaza detenida, los espíritus kryptonianos abandonan también el cuerpo de Superman y hallan la libertad eterna, no sin antes formar en el cielo el símbolo de la Casa de El como señal de respeto hacia su liberador.

Además, el mundo entero ve a través de una cámara en el módulo lunar el triunfante regreso de Superman. Poco después la Tierra celebra el regreso de su campeón y Superman recibe un homenaje y la llave de la ciudad. El hombre de acero ha vuelto por todo lo alto.

Mientras Jon se pregunta si algún día llegará a ser como su padre, Clark le regala sus primeras gafas y le recomienda que las use cuando empiece el colegio. Le promete que va a enseñarle a controlar todos los poderes que vaya desarrollando, pero antes tienen algo más que hacer juntos. Así, en la Atalaya, Superman presenta a la Liga de la Justicia a su hijo: Superboy.

Os juro que he estado a punto de poner como única crítica uno de esos memes de "TIME TO FAP", pero me lo he pensado mejor. Y es que poco puedo decir de este cómic que no sea una letanía de halagos. Porque, queridos y sufridos amigos y lectores, ahora sí que podemos decir bien alto que los cómics de Superman han recuperado algo que venía faltándoles desde hace mucho tiempo: a Superman. 

En todo este arco Son of Superman no ha habido un solo momento en el que no haya reconocido al personaje que me encanta. La actitud, el diálogo, hasta el look es un inconfundible regreso a lo más básico y lo mejor de este superhéroe; valores elevados, preocupación por la gente, heroicidad absoluta contra viento y marea, y un carácter de liderazgo y responsabilidad. Y lo curioso es que todos estos atributos no han ido en detrimento de que el personaje sea duro, poderoso y todo un badass cuando es necesario, que no se amilana en dar puñetazos y que lucha con todas sus fuerzas por su familia, por su mundo, por los espíritus de sus compatriotas kryptonianos y hasta por su perro. Sinceramente, no se puede ser más Superman que en este cómic. 

En cuanto al dibujo, Gleason lo borda. Acción desbordante fantásticamente dibujada y viñetas que quitan el aliento, incluso con un nada disimulado homenaje al opening de Adventures of Superman de George Reeves cuando Superman posa para la cámara en la luna ante la bandera americana. Si a nivel argumental el cómic es una delicatessen, a nivel visual es el complemento perfecto para el menú.

A partir de aquí, y con Jon presentado a la Liga como Superboy, las posibilidades son infinitas. Para los que creían que Superman teniendo un hijo no sería interesante, puede que este arco argumental les haya hecho cambiar de opinión. A los que no, todavía les queda seguir viendo cómo evoluciona el superhijo para terminar de decidirse. Lo que es yo, me rindo a la evidencia de que DC todavía sabe publicar buenos cómics, y que a la postre todo era cuestión de escribir historias interesantes, que dibujantes talentosos quisieran darles vida, y que la editorial apoyara las buenas ideas y no los disparates. Parece que algo han aprendido, y para muestra esta historia que ha sido un dos en uno; la presentación del hijo de Superman como un personaje que seguro irá cobrando cada vez más importancia e independencia (no en vano, tiene programada una serie propia con el hijo de Batman para principios de 2017 y con Jorge Jiménez como dibujante), y el regreso del propio Superman "de siempre" ocupando el lugar que le corresponde. 

En definitiva, un lujazo de cómic y un lujazo de historia. Si al final, los fans de Superman tampoco pedíamos tanto... ¿verdad?