RESEÑA DE JUSTICE LEAGUE OF AMERICA #3

Green Lantern y Flash aparecen en la superficie de un extraño mundo rodeados de lo que parece ser un ejército primitivo. Mientras Hal recarga su anillo, Barry se hace cargo de los soldados pero la fuerza de la velocidad parece hacerle desaparecer de aquel lugar dejando al Linterna Verde solo ante el peligro. Sus sorpresas no acabarán ahí ya que el anillo pronto reconocerá el planeta como Krypton, pero unos 250.000 años antes de la fecha actual. Barry, por su lado, aparecerá en la Tierra en 1961 en las instalaciones de la misma misteriosa corporación que parece estar en el centro de todo cuanto esta ocurriendo.

En otro rincón del cosmos, en un destrozado Olimpo, Wonder Woman se encuentra con que los dioses han abandonado el lugar aterrados por lo que pueda llegar. Curiosamente ella misma no parece capaz de hacerlo y está atrapada por una extraña energía que le impide abandonar el lugar.

En la Tierra, las curaciones de Rao y su capacidad para mejorar las cosas parece no tener fin, pero cuando sus intenciones empiezan a chocar con los diferentes gobiernos del mundo parece que un problema va a ser inevitable.

Batman se reúne con Superman y le pide que desconfíe de Rao y que se cuestione qué puede haber detrás de las acciones del presunto Dios.

La historia de Brian Hitch sigue retorciéndose y complicándose ofreciéndonos adecuadas dosis de misterio e intriga además de una buena caracterización de casi todos los personajes implicados en la trama. El argumento tiene ahora mismo tantos frentes abiertos que su lectura es como mínimo dispersa, pero ninguna de las partes llega a ser aburrida o carente de interés, antes al contrario, los distintos frentes hacen que el interés  general aumente.

En cuanto al dibujo parece seguir llevándose mal con el entintado y uno y otro parecen no encajar correctamente ensuciando un resultado que apunta maneras pero que debería ser mucho mejor de lo que es. Eso unido a ciertos excesos (a Batman le sobran como cuatro dedos de nariz) nos deja con un cierto regusto amargo para un cómic que le falta solo un pelo para ser todo lo bueno que debiera. Pese a ello, y siempre olvidándonos de cualquier continuidad o desarrollo de personajes, esta es una serie intrigante, divertida, con una caracterización perfectamente icónica de sus personajes, a los que no veremos en sus momentos más humanos pero si cumpliendo con su papel de brillantes estandartes. Es literalmente Justice League of América en una línea muy parecida a lo que Morrison nos ofrecía en JLA en su etapa allá por los primeros años 2000. Cumple lo que promete y por tanto, poco más se le puede pedir.


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