RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US (AÑO 5) #24

El asesinato de Alfred a manos de Victor Zsasz tiene impacto en el Régimen y la Resistencia. La élite de Superman no entiende cómo Zsasz pudo salir de la prisión, y Superman les ordena que si esto hace salir a Batman de su escondite, que acaben con él. No quiere clemencia. Cyborg y Flash siguen teniendo dudas de si están en el bando correcto, mientras que la Cazadora, Batgirl y Catwoman se preguntan si Batman cruzará la línea en esta ocasión, ya que está en las calles buscando a Zsasz.

El murciélago no tarda en dar con su presa. Zsasz huye como una rata en un coche robado pero Batman lo embiste con el batmóvil y lo atrapa con facilidad. Comienza a golpearlo brutalmente mientras le pregunta quién lo envió a por Alfred. Zsasz disfruta sabiendo que lo único que Batman quiere saber es eso, y no piensa decírselo. En ese momento aparece Damian, que le dice a Batman que mate a Zsasz… o lo hará él.

La historia de esta semana es una continuación muy lógica de lo ocurrido la anterior. Alfred ha sido asesinado precisamente para provocar a Batman, y éste ha respondido a la provocación saliendo a la caza de Zsasz. Está claro que lo que pretenden con este giro argumental es poner a Batman al límite, que el lector vea si es capaz de cruzar la línea y matar al asesino de su querido Alfred, con lo que daría el mismo paso que el hombre de acero al principio de la colección cuando acabó con la vida del Joker. Como idea para jugar con ella es muy interesante, sobre todo desde la perspectiva de que Batman es sin duda el héroe de Injustice. Pero creo que en el desarrollo de esta semana se han cometido algunos errores. Primero, Superman tiene muy claro (porque lo ha provocado él) que Batman iba a abandonar su escondrijo. Y Batman, el mayor estratega del mundo, el astuto Houdini que lleva años jugando al ratón y al gato con Superman y logrando mantenerse en perfil bajo y bien oculto sin que Superman lo localice... de repente, sale a la calle a por Zsasz conduciendo su Batmóvil a toda leche. Ahí, en plan discreto. Cuando el mero hecho de abandonar su refugio seguro de Alaska ya debería bastar para que Superman dé con él, pero en lugar de eso es Damian quien lo encuentra. ¿Dónde está Superman en ese momento? Ni idea. Quizá aparezca la semana que viene, pero esto es lo que tiene comentar un número semanal que solo es una pequeña parte de un número impreso. Que la impresión que te causa, buena o mala, está sesgada.

Excepto eso, el número sigue siendo interesante y el dibujo de Santucci, aunque no sobresaliente, vuelve a ser correcto. Pero la sensación es la de que Batman ha cometido ya no una imprudencia, sino una estupidez. ¿Es eso lo que querían? ¿Mostrar que hasta el calculador y sereno Batman se deja llevar por los sentimientos, por la ira y el dolor? ¿Que en el fondo no es tan distinto a Superman y que cualquiera puede llegar a caminar por ese filo de la navaja? ¿Y, de paso, que Damian Wayne dé el paso definitivo al lado oscuro de la Fuerza? Puede ser, pero valorando únicamente lo visto esta semana, lo que hemos visto es al ratón que lleva años escondido, meterse en una caja llena de gatos hambrientos. Veremos adónde lleva la cosa.

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