Ha muerto una leyenda. Muhammad Ali ha fallecido a los 74 años por problemas respiratorios, tras un largo tiempo luchando contra la enfermedad de Parkinson. Su nombre es uno de esos que no hace falta ser aficionado al boxeo, o al deporte en general, para conocer. El alcance de las hazañas de Ali dentro y fuera del ring ha trascendido barreras y la imagen de este campeón es reconocible en todo el mundo. La fama y el cariño que le tenía la gente era tal, que en los setenta incluso fue uno de los nombres que sonaron para ser Superman en el film de Richard Donner, aunque en aquellas épocas pudiera parecer impensable que el estudio se planteara un Superman afroamericano. Pero aunque no fue el Superman del cine, Ali cruzó su camino con Superman protagonizando junto a él uno de esos cómics de tamaño gigantesco y rocambolesca historia con el encanto único de los años setenta, bajo la premisa de que dos campeones de mundos diferentes tuvieran que disputar un combate de boxeo para salvar la Tierra. Fue el Superman Vs. Muhammad Ali (1978), de Denny O’Neil y Neal Adams. Con el recuerdo de aquella historia que unió a dos de los más grandes, brindo desde aquí mi pequeño homenaje al campeón que nos ha dejado. Allá donde esté, seguirá flotando como una mariposa y picando como una abeja...
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