RESEÑA DE SUPERGIRL EPISODIO 2X19, "ALEX"

Alex es secuestrada por un antiguo compañero del instituto de Midvale que lleva un año espiándola y que ha descubierto incluso la identidad de Kara como Supergirl. El secuestrador quiere chantajear a Supergirl para que libere a su padre, un asesino encerrado en prisión, a cambio de revelarle el paradero de Alex, encerrada en una celda de cristal irrompible en un sitio desconocido. Y le da un tiempo límite de 36 horas o Alex morirá.

Maggie y Kara tendrán que dejar a un lado sus diferencias (la detective no está cómoda con que Supergirl siempre intervenga en conflictos que la policía debería resolver) para encontrar a Alex y salvarle la vida. Un error de Kara hará que el tiempo se acorte y que la celda de Alex comience a llenarse de agua, con lo que morirá ahogada en pocas horas. Finalmente, Maggie se decide a sacar al padre del secuestrador para que les revele dónde ha podido llevar su hijo a Alex, y consiguen sacarla de allí con vida en el último momento.

Paralelamente, Lena Luthor inicia una amistad con Rhea, quien la intenta convencer para que fabrique un portal de transportación con unos planos que ella le entrega. Lena descubre que Rhea no es una mujer de negocios sino una alienígena, pero la reina de Daxam la convence de que solo se lo ha ocultado para que no la prejuzgara. Y Lena no solo acepta la explicación de Rhea, sino que accede a construir su portal para cambiar el mundo... y miente a Kara sobre sus planes.

Pese a lo escueto de mi resumen (que he dividido en las dos grandes líneas argumentales del episodio), lo cierto es que estamos ante uno de los mejores episodios de esta T2. Un episodio más propio de series como CSI o de películas como La celda en las que un grupo de investigadores trabajan contrarreloj para salvar la vida de una persona secuestrada en un habitáculo en el que tiene las horas contadas. Y nos lo han contado muy bien, con un ritmo que mantiene la tensión y que hace que el episodio se nos pase en un visto y no visto.

Eso sí, conviene no hacerse demasiadas preguntas. Por ejemplo, ¿por qué cuando Hank hace recuento de las "pocas" personas que conocen el secreto de Kara como Supergirl, no tiene en cuenta a las docenas de empleados del DEO? ¿Por qué no pueden leer la mente del secuestrador, y lo resuelven diciendo simplemente que "algo lo bloquea"? ¿Por qué Kara no puede usar su superoído para escuchar exactamente dónde está su hermana (recuerdo que, en los cómics, Superman incluso conoce la frecuencia cardíaca exacta de sus familiares para localizarlos a kilómetros de distancia)? Y podríamos seguir, pero da lo mismo, porque en cualquier caso el episodio es disfrutable, a pesar de que haya que hacer la vista gorda con estas (y otras) cosas. 

Interpretativamente, además, el episodio está por encima de los últimos. Con un argumento que combina la tensión de la búsqueda de Alex con el torrente de sentimientos de Maggie y Kara por ella y de la discusión entre ambas, hay espacio para que Floriana Lima y Melissa Benoist puedan dar lo mejor de sí, y Chyler Leigh hace lo propio como casi siempre. Con el buen añadido del actor que interpreta al secuestrador, cuyo rol me recuerda ligeramente a un personaje de los cómics de Superman llamado Kenny Braverman, que también albergaba rencor y odio hacia Superman por sus dones especiales y lograba averiguar la identidad secreta del superhéroe. Salvando las distancias, claro, porque aquel se convertía en un villano contaminado por kryptonita y éste solo emplea su intelecto para tejer un plan maestro.

Destacaría también, negativamente, que el personaje de Supergirl anda un poco perdido en este episodio. Tal vez es cierto que interviene en conflictos que no le competen, y su actitud impulsiva y precipitada podría haber costado la vida de Alex, además de que sus caloríficos ojos se enfurecen con facilidad. Pero ya sabemos que la chica de acero anda algo desnortada en esta temporada, dando vaivenes de personalidad, pasando de rubia tonta a heroína de acero o, como en este episodio, a hacer lo que ella cree sin escuchar a nadie más. Al final aprende la lección, sí, pero eso no quiere decir que no haya arriesgado más de la cuenta.

Respecto a la trama de Rhea y Lena, nos dirigimos hacia el conflicto final de temporada y ya empezamos a tener claro que Lena es, al fin y al cabo, una Luthor. Y eso nunca es bueno. Así que veamos qué papel jugará en estos últimos episodios, aunque ya sabemos que será un personaje habitual de la próxima T3. 

En conclusión, un buen episodio que destaca sobre todo por la mediocridad que se ha convertido en estándar de esta serie en esta temporada. Aunque más que una historia de Supergirl ha sido una historia de personajes, de relaciones y de trama policíaca, al menos hemos tenido un episodio que vale la pena ver. ¿Es lo que cabe esperar de una serie con el título Supergirl? No, supongo que ni remotamente. Pero a estas alturas tampoco estamos para exigir.