RESEÑA DE SUPER SONS #2

El prólogo nos muestra al muchacho que tiene atemorizada a toda su familia (y que resulta ser Kid Amazo) y que, ahora, los mata uno por uno excepto a su hermana pequeña, que consigue escapar.

Volvemos a Metropolis, donde Robin y Superboy se las ven con Lex Luthor en el exterior de la Torre Lex. Robin utiliza a Jon como distracción para Lex, lanzándolo al vacío para que Lex lo rescate mientras que él irrumpe en los laboratorios. Lex no tarda en controlar la situación pero se encuentra con que Robin ha colocado bombas en todo su laboratorio, y los dos muchachos aprovechan mientras Lex las busca para escaparse. Aunque realmente todo era una estrategia de Damian, que en realidad no había colocado bombas pero la maniobra le ha salido a pedir de boca y ha logrado descargar todas las grabaciones del sistema de seguridad de la Torre Lex tal y como quería.

Revisando las grabaciones, los chicos dan con un muchacho que parece tener la habilidad de multiplicarse y estar en varios sitios a la vez. Utilizando los sistemas de reconocimiento facial de Batman, Robin descubre que ese muchacho es Kid Amazo, y los dos jóvenes se dirigen a la ciudad donde debería encontrarse y hallan el apartamento con los cadáveres de sus familiares. Para Superboy esa situación es mucho más de lo que puede soportar y se marcha, pero Robin decide quedarse a seguir investigando el que considera su caso.

En un bosque cercano, Superboy se encuentra con la atemorizada hermana superviviente de Kid Amazo y trata de tranquilizarla y hablar con ella, sin saber que Batman lo observa desde la rama de un árbol. Mientras, Robin examina la escena del crimen sin ser tampoco consciente de que Superman está detrás de él.

En el número anterior no le di importancia al prólogo sobre ese niño que amedrentaba a su familia, pero en este segundo episodio de la colección no solo había que hablar de él, sino que hay que considerarlo como una parte muy importante de esta historia. De hecho, parece que es el caso en torno al cual va a girar la primera aventura del joven dúo dinámico, y en apenas dos números ha cobrado un aspecto más oscuro del que cabría esperar, convirtiendo a este personaje de algo intimidatorio a un asesino sin contemplaciones. 

Pero dejando de lado la investigación sobre este Kid Amazo del que aun no sabemos gran cosa, me gustaría centrar mi comentario de este número en el tono y el enfoque. Y es que la dinámica entre los dos protagonistas funciona a la perfección, con los dos roles claramente establecidos y diferenciados. Jon, inocente, noble, con miedo a la autoridad y las represalias y tratando de hacer lo correcto (es decir, lo que haría su padre); y Damian, soberbio, testarudo, rebelde, empeñado en demostrar en todo momento que es mejor detective que Batman y capaz de mover muy bien las fichas para conseguir sus objetivos. En definitiva, la clásica dinámica Superman/Batman pero con ese punto de frescura que le aporta que ambos personajes sean versiones jóvenes e inexpertas de sus padres, con la alargada sombra de estos sobre sus espaldas.

Pero si la dinámica de la historia es fantástica y el tono de misterio e interés que le imprime Tomasi va in crescendo en solo dos números, el dibujo es lo que hace que esta colección esté a otro nivel. Todo elogio al trabajo de Jiménez sería poco. No sé qué destacar de un dibujo tan completo, en el que los primeros planos destacan al mismo nivel que los trabajadísimos fondos, la expresividad de los rostros (siempre con esos toques anime/manga tan característicos y que aportan a todo el cómic un maravilloso aspecto cartoon), el dinamismo de las posturas o la grandísima variedad de planos de cámara. Un espectáculo visual que solo hace que mejorar con el coloreado de Alejandro Sánchez, demostrando una vez más que la figura del colorista nunca es lo suficientemente valorada en esta industria. 

Con todo, Super Sons no solo arrancó con una premisa interesante sino que en dos números va elaborando una historia al mismo tiempo que desarrolla a sus personajes y la relación entre ellos, todo esto de la mano de un guionista que entiende el universo en el que se mueve y de un equipo artístico que está disfrutando y haciéndonos disfrutar con su trabajo. A poco que esto mantenga el nivel, estamos ante una de las mejores series para leer en estos momentos.

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