RESEÑA DE SUPERMAN #13 (FEBRERO 2017)

Frankenstein se lleva a Kroog, la asesina a la que ha dado caza y que se escondía bajo el aspecto de la inofensiva editora del Hamilton Horn, pero parece que Bride, la ex-pareja de Frankenstein, también está interesada en llevársela para cobrar la recompensa. Superman se verá en medio de una pelea entre los dos monstruos en la que también queda claro el resentimiento que hay entre ellos. Resentimiento que queda explicado cuando Bride le cuenta a Lois la historia de cómo tuvo que matar al hijo de ambos antes de que se convirtiera en un monstruo asesino. 

Aprovechando la confusión, Kroog explota y sus pedazos se dan a la fuga. La asesina tiene la capacidad de volver a unir sus restos e intenta escapar, pero Frankenstein, Bride y Superman la detienen por segunda vez.

Al final, pese al intento del agente de S.H.A.D.E. por reconciliarse con Bride, cada uno se marcha por su lado y Superman regresa a la granja, junto a su familia.

Nos ha durado poco este arco argumental con Frankenstein que, a tenor por el número anterior, parecía que iba a dar más de sí. Pero en solo dos episodios se han ventilado una historia tan entretenida como insustancial, en la que los personajes principales no avanzan nada y los secundarios no creo que se vuelva a pasar por aquí en mucho tiempo. Pero al menos, aunque no conozcamos todo el trasfondo de los invitados monstruosos, sí que se nos ha dado la información necesaria para entender, de manera eficiente, sus motivaciones y participación en este mini-arco.

Pero que la historia no haya tenido una excesiva enjundia no es necesariamente malo. El cómic es entretenido y se lee muy a gusto, formando una aventurilla muy resultona junto con el número anterior. Nos ha dejado a la Lois más guerrera y a un Superman al que sigue siendo un placer ver cómo se comporta. Y qué decir del apartado gráfico, en el que tenemos a un Doug Mahnke que, si habitualmente es un dibujante excepcional, aquí directamente parece tocado por una varita mágica. Todos los paneles son un disfrute, pero su Superman es, sencillamente, para darle un aplauso. 

Como misterio, quizá, queda abierto si el vecino de Lois y Clark, ese entrañable granjero, esconde quizá algún secreto que vaya a dar juego más adelante. Esa última mirada por la ventana y la parsimonia con la que se enfrentó a Frankenstein pueden ser indicativo de ello o solo un recurso más de la historia. No obstante, poco importa por ahora. Lo mejor es que estamos en un momento en el que hasta los cómics "de relleno" de Superman, estos que cuentan una pequeña historia únicamente pensada para ocupar el espacio en blanco entre saga y saga, son interesantes, divertidos, y fantásticamente dibujados. Como para quejarnos.