RESEÑA DE INJUSTICE: GODS AMONG US (AÑO 5) #36

En la nueva superprisión del Régimen en el Ártico, Victor Zsasz en hallado muerto en su celda con numerosos cortes y cuchilladas. Es un asesinato a sangre fría y con claros indicios de venganza. Hal Jordan lo sabe, pero las pruebas y los vídeos de seguridad han sido misteriosamente borrados. Pero no hay duda de que ha sido Damian para vengar la muerte de Alfred con la colaboración de Sinestro como cómplice.

Mientras, en STAR Labs, Deathstroke lucha valientemente contra Metamorfo y los soldados del Régimen pero termina cayendo preso cuando Cyborg entra en escena. Pero aunque la misión parece fallida, Deathstroke ha logrado hacer un escaneado tridimensional de lo que había ido a buscar: una Madrecaja. Y el archivo ahora está en poder de Batman y Lex Luthor, quien asegura que con eso pueden perfectamente seguir adelante con su plan de construir una máquina con la que traer a la Liga de otra dimensión.

Pasito a pasito se recorre el camino, y este número ha sido bastante interesante. Me alucina que todavía me sorprenda que cualquier villano irredento puede ser mejor persona que el Superman de esta colección, para el que ya no existen valores de ningún tipo y que no solo orquestó el asesinato de Alfred sino que, presumiblemente, también ha permitido la venganza de Damian. O quizá esto solo haya sido una distracción de Sinestro, pero poco importa. Sinestro actuaba a las órdenes de Superman en primera instancia, así que a cada uno la responsabilidad que le toca. 

Y decía lo del villano irredento porque Deathstroke se convierte en un improvisado héroe que completa una misión suicida gracias a la cual la Resistencia podrá jugar su última carta. Ahora lo que cabe preguntarse es: ¿veremos algo de acción final teniendo en cuenta que solo quedan los números 37, 38, 39 y 40 (y un Anual cuyos acontecimientos son anteriores a los actuales)? ¿No parece más bien que la colección va a terminar justo cuando la Liga de otra Tierra sea traída a la nuestra?

En cuanto al dibujo, lo mejor que ha tenido siempre Injustice es constancia. Los tres equipos creativos más habituales son excepcionales y decantarse por uno u otro es meramente subjetivo. En ese aspecto, Miller tiene momentos en los que su dibujo me fascina. Y si bien este no es de sus mejores trabajos (tampoco gozaba de personajes o elementos potentes con los que lucirse), su arte siempre es una garantía de calidad visual. 

Con todo, quedan pocas semanas para saber cómo termina Injustice, así que voy a dejar de preguntarme por el final de la colección y tratar de disfrutarla sea cual sea.

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