RESEÑA DE BATMAN V SUPERMAN: EL AMANECER DE LA JUSTICIA - PARTE 5 DE 12

Y hasta aquí lo que para mí es la parte redonda y cuasi perfecta de la película. Todavía recuerdo cómo la explosión en el Congreso me pilló completamente desprevenido. No tomé conciencia de lo que iba a pasar hasta el mismo momento en que la silla de ruedas de Keefe explotó. Igual que Superman. Pobre cabeza de turco el bueno de Wallace, convertido sin saberlo en una herramienta para el plan de Lex Luthor de conseguir que Superman pareciese aun más amenaza para la humanidad, llevándose de paso a la (para él) molesta senadora Finch (sensacional y macabro el detalle de usar lo del"té de melocotón de la abuela" como última burla) y a un buen puñado de personas que de un modo u otro podían buscarle las cosquillas en un futuro. 

Pero volvamos al principio de este segmento. La escena de la persecución del batmóvil al convoy de la kryptonita es muy chula... la primera vez que la ves y si no la piensas ni observas demasiado. Pero en cuanto le das un par de vueltas, comprendes que la secuencia es un festival de acción sin freno al más puro estilo Fast & Furious, pero sin mucho sentido. Batman usando ganchos, cuerdas y coches para hacer rocambolescas carambolas, disparando ametralladoras y matando gente (malos, sí, pero gente), todo en una orgía de CGI nocturno en la que el batmóvil parece una secuencia del videojuego Arkham. Fue la primera vez en la película en la que los efectos especiales me parecieron demasiado evidentes, y en la que me molestó que intentaran enmascararlos con entornos siempre oscuros y nocturnos, pero sin demasiado éxito. 

Sobre la secuencia "Do you bleed" entre Superman y Batman, qué decir que no hayamos dicho ya mil veces. Es una muy buena escena en la que ambos se sacan la chorra, la ponen en la mesa y juegan a ver quién la tiene más nachovidalesca. Superman va de perdonavidas y Batman de chulopiscinas, aunque hay que reconocerle que los tiene muy bien puestos por levantarse de esa manera ante un ser que acaba de arrancar las puertas de su coche acorazado como el que arranca una hoja de un bloc. Pero la escena funciona, funciona muy bien, quizá porque es tan icónico ver a estos dos titanes del cómic juntos cara a cara por primera vez, que el poder que transmite la imagen supera al contenido.

La secuencia de Martha y Superman es otro de esos casos en los que me falta contexto. ¿Por qué Superman está allí con su traje de faena en lugar de como Clark Kent, visitando a su madre? El discurso de Martha está muy bien, pero no deja de ser lo mismo que decía Jonathan Kent en Man of Steel, y la pasividad con la que Superman escucha tampoco ayuda a la escena. De nuevo, mi percepción es la de un Superman muy desconectado de la humanidad. Echo en falta alguna respuesta suya a Martha, si no de palabra, al menos con su lenguaje corporal. Una sonrisa a su madre, un abrazo, algo que demuestre que es un hijo escuchando los consejos de la mujer que lo crió. En lugar de eso, solo obtenemos silencio y solemnidad.

Seguimos adelante y se resuelve el misterio de la bala de África, confirmando que Lex Luthor estaba detrás de ello. ¡Bien, Lex! Eres tan inteligente que distribuyes proyectiles experimentales (¿) a unos matones contratados por ti (¿¿) y que sirven exactamente para lo mismo que cualquier proyectil normal (¿¿¿), pero que ¡¡¡son lo único que puede incriminar a tu empresa relacionándola con el incidente!!! Si esto no es un agujero de guión, ¿qué es?

La secuencia de LexCorp saqueada por Batman para robar la kryptonita me sigue suscitando muchas dudas. Y es que hay algo que no alcanzo a comprender en las varias veces que ya he visto la película: ¿era parte del plan de Lex dejar que Batman le robase la kryptonita, o es un imprevisto? No tengo una respuesta clara. Por un lado, si quería forzar el combate entre Superman y Batman, puede ser que quisiera que Batman fuese armado para la batalla. Pero por otro, si lo que quería era matar a Superman, ¿por qué no utilizar la kryptonita él mismo de un modo que nadie pudiera culparle? ¿O es que su plan era conseguir que Superman matara a Batman y que de ese modo fuese considerado definitivamente un monstruo peligroso? Si es esto último, Lex jamás debería haber puesto la kryptonita a disposición de Batman para no darle ventaja alguna, pero en cualquier caso sigo sin entender para qué necesitaría Lex que la víctima de Superman fuese precisamente Batman y no cualquier otro. Batman no es lo que se dice el héroe del pueblo, sino más bien una leyenda urbana que despierta miedo y del que nadie sabe si existe realmente. Elegirlo como objetivo para Superman, solo obedece a un motivo: que la película necesitaba una excusa para hacer que ambos se pegaran. Pero ya llegaremos a esa parte.

La última secuencia de este bloque es la despedida de Superman de Lois. O algo así. El taciturno Superman reconoce que no vio venir la explosión y decide que lo mejor es exiliarse y no volver, y que los dos años que lleva siendo Superman solo han sido el sueño de su padre. Eeeeh... ¿en serio? Si no recuerdo mal, Jon Kent jamás le dijo "hijo mío, ayuda a la humanidad y dales esperanza", sino más bien "si tienes que dejar morir a tus compañeros de clase para que no se sepa que puedes levantar un autobús, pues hazlo". Lo de mostrarse a la raza humana con orgullo fue posterior, así que Clark DECIDIÓ qué hacer con sus poderes y con su destino en El Hombre de Acero cuando conoció su origen kryptoniano. Superman no es el sueño de un granjero de Kansas, es la decisión del hijo de ese granjero. Y cuando las cosas se tuercen, Superman vuelve a convertirse en ese mar de dudas que era antes de enfundarse en el traje, y decide echarlo todo por la borda. No sé si esto será lo que es considerado realista, pero desde luego es una visión muy turbadora de Superman, que pasa de ser un símbolo de esperanza a la viva imagen de la derrota y el abandono.

Con todo, con este bloque alcanzamos el ecuador de la película, que sigue con un ritmo sosegado, profundizando en la psicología de los personajes y colocando los peones sobre el tablero para desplegar en su segunda mitad todo el espectáculo. Hasta aquí, reconozco que estaba completamente fascinado por lo que estaba viendo, aunque mi percepción de Superman era la de que había involucionado hasta convertirse de nuevo en el Clark Kent que recorría el mundo buscando encontrarse a sí mismo. Pero a pesar de los pesares, la historia, la belleza de las imágenes y la audacia del tono y el tempo me tenían atrapado.


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