RESEÑA DE SUPERMAN: AMERICAN ALIEN #2

Un pequeño comercio en Smallville es víctima de un violento atraco donde mueren varias personas. Tanto el Sheriff Parker, como Pete Ross, cuyo tío ha sido testigo de los hechos, esperan que Clark ayude con sus habilidades a detener a los asesinos.

Aunque en primera instancia el joven parece reacio a ayudarles, éste no tarda en localizarles y enfrentarse a ellos. El resultado es catastrófico para los asesinos que sufren daños irreparables al enfrentarse a un Clark Kent que todavía no controla la magnitud de sus poderes y que aunque resulta herido en el enfrentamiento, no puede sino plantearse qué clase de monstruo es y qué daño puede llegar a hacer con sus habilidades si no las utiliza adecuadamente.

Excelente acercamiento a la adolescencia de nuestro personaje preferido, donde le vemos debatirse entre los conflictos habituales de un adolescente y aquellos propios de alguien con habilidades tan impresionantes como las suyas. Max Landis narra una historia con un tempo preciso, ni lento, ni rápido, donde el verdadero interés, pese a la buena estructura narrativa, reside en el conflicto moral del joven Kent. La ambientación es deliciosamente creíble. Smallville parece un pueblo de verdad, lleno de personajes secundarios interesantes que no desentonan para nada en un ambiente propio de la América rural. No es difícil pensar que solo tirando del hilo que se nos presenta aquí con respecto a Pete Ross o al Sheriff Parker, habría un buen puñado de historias que contar del Superman joven o incluso del no tan joven.

Es difícil saber en este punto si las historias narradas en estos episodios formarán algún tipo de todo coherente o serán pinceladas sueltas sin mayor cohesión entre ellas que la imprescindible, pero al igual que lo que está pasando con “Legend of Wonder Woman”dan ganas de que esto fuese la base de una nueva continuidad y no una historia al margen de todo.

El dibujo es expresivo, con un entintado grueso que encaja perfectamente con la historia y se convierte en perfecto cómplice de una narración descompuesta en múltiples viñetas por página que busca un ritmo cinematográfico detallista y profundo que atrapa al lector.

En conclusión, un cómic sólido y creíble, capaz de gustar a cualquiera en busca de una historia potente y ya no digamos a los interesados en versiones adultas y realistas del hombre de acero. O dicho de otro modo, un cómic de los que hoy en día Superman necesita desesperadamente.

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