RESEÑA DE JUSTICE LEAGUE #47

El nuevo status divinizado de algunos de los miembros de la Liga se ha convertido en un problema. Batman ya afirma sin tapujos que no piensa jamás abandonar la silla Mobius, con la cual tiene a su disposición prácticamente todo el conocimiento del universo. Asimismo, Superman sigue infestado con la energía de los pozos de Apokolips que le lleva a enfrentarse a Wonder Woman, la que con su lazo de la verdad, conseguirá que al menos parcialmente, Clark Kent recupere su verdadero yo. Pero el estado de Superman no es solo transitorio. La energía corrupta que atiborra sus células también le está matando.

Por otro lado, Mister Miracle, Barda, Cyborg y Power Girl asaltan la prisión de Belle Reve para intentar hablar con el Sindicato del Crimen y que estos les den información que pueda ayudarles a derrotar al Anti-Monitor. Lamentablemente, y como si formara parte de un plan orquestado, el anillo de Power Ring toma posesión de su portadora y libera a los miembros del Sindicato. Barda y Scott están a punto de ser exterminados, pero Owlman aparece y retiene a sus antiguos compañeros. Si quieren sobrevivir al Anti-Monitor  la Liga y el Sindicato deberán trabajar unidos.

Aunque es difícil juzgar un episodio concreto de una saga sin tener el ciclo completo, esta nueva etapa de la guerra de Darkseid, sigue avanzando con paso firme y retomando conceptos que vienen de muy atrás en esta serie, hasta el punto de que puede tomarse toda la etapa de Geoff Johns en la Liga como un ciclo en sí mismo o más aún casi como un universo completo, y la mejor expresión del universo DC en nuestros días.

La recuperación de los personajes del Sindicato del Crimen recoge las semillas dejadas antes durante y después de Forever Evil y le da a esta guerra de Darkseid una nueva profundidad y una nueva capa de interés. Por supuesto, queda por ver cómo será el cierre de todo el invento y de ello dependerá evidentemente el poso que deje la historia. Una historia posiblemente no cerrada y que será con casi toda seguridad el arranque de otro ciclo y de otra historia quién sabe si aun más grande.

A los lápices vuelve Jason Fabok y no podemos sino recibirle por la puerta grande. Su Wonder Woman es absolutamente maravillosa en un escenario absolutamente ya delicioso a nivel artístico. Su arte no es solo detallado y preciso, también es expresivo y dinámico, como dejan claro las escenas de lucha. Si normalmente no nos queda más remedio que decir que DC descuida o parece descuidar muchos de sus títulos, con Justice League ocurre lo contrario. Mantiene el mejor guión, con los mejores dibujantes, y número a número se mantiene como el mejor o de los mejores títulos de la compañía.

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